viernes, 25 de julio de 2014

Convento de las Francesas

Fundado en 1487 por las hermanas María de Zúñiga y María de Fonseca para acoger a mujeres procedentes de familias nobles, en la que antaño fuera calle mayor de la villa.
Su claustro de tres pisos se concluye en 1537, según el proyecto de Fernando de Entrambasaguas. Tiene decoraciones gótico-mudéjares inspiradas en el patio del Palacio de Santa Cruz. La iglesia, finalizada hacia 1732, es similar a la Iglesia de San Juan de Letrán, con balcones en los muros y decoraciones interiores de un barroco exaltado.
Fue ocupado desde 1886 por las dominicas francesas, que después se trasladarían a otro convento. Solo se conserva el claustro rehabilitado como centro comercial, y la iglesia que hoy es una sala de exposiciones, todo ello en el interior de un bloque de viviendas levantado en los años setenta del siglo XX.
El suelo del claustro está compuesto por piedras oscuras, planas, redondeadas por la erosión y recibidas de canto con un cementante, y unas piezas claras, amarillentas, con las que se realizan líneas, volutas, espirales... Se trata de huesos.
Los huesos parecen tabas, razón por la que recibe popularmente el nombre de Patio de las Tabas. Nadie cuestiona que se trata de tabas, porque siempre se le ha llamado así, pero realmente no lo son.
El mal denominado Patio de las Tabas (astrágalos) de Las Francesas de Valladolid, es en realidad el Patio de los Metápodos o Patio de los Huesos Canon.
Están serrados parcialmente por su epífisis distal, que es doble pues se trata de un hueso de los bóvidos formado por la fusión de dos metápodos, el III y el IV. Tienen un hueso doble de estos en cada pata y en sus extremos articulan las falanges de los dedos, luego insertados en el suelo a través de la caña del hueso.
Según el tamaño pueden ser de cordero, cabra, vaca o toro. Los hay en muchos otros monumentos de España. Es cierto que en otros lugares son astrágalos o tibias distales, pero en el patio de Las Francesas se trata de metápodos

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